Los contenidos audiovisuales
El vídeo tiene hoy una importancia cada vez mayor.
En 2019, 80% del tráfico de Internet mundial proviene de vídeos. Se ha podido asistir a esta explosión mediática gracias al desarrollo de la tecnología, así como las empresas de difusión de vídeo continuo que ofrecen contenido bajo demanda y en todo el mundo. Y nuevos contenidos audiovisuales son creados todos los días, para satisfacer la creciente demanda de los espectadores.
Incluso si su función primordial es de visualizarse, los contenidos audiovisuales están hechos para estar a la vez oídos (audio) y vistos (visuales).
El vídeo es importante para su estrategia de comunicación, en particular para su desarrollo a nivel internacional. Establece una relación de proximidad con su público objetivo, se considera más dinámico, más lúdico y más fácil de recordar que otros formatos.
Para ello, se necesita pensar traducción audiovisual.
La traducción audiovisual
Se entiende por traducción audiovisual, la transferencia de elementos verbales de una obra o de un producto audiovisual, de una lengua a otra. Los programas de televisión, los largometrajes, las páginas de Internet, los videojuegos, o las comedias musicales, las representaciones teatrales, forman parte de la amplia gama de productos audiovisuales que requieren una traducción. Las dos principales modalidades de traducción audiovisual son el doblaje y el subtitulado.
Es una muy buena idea presentar sus servicios a sus clientes en el extranjero a través de un vídeo, traducirla e incluso incluir subtítulos. Pero si piensa sólo en los servicios de su primo segundo que ha pasado dos meses en la Costa Azul el año pasado y que sabe mucho sobre informática, y porque quiere reducir sus gastos, corre el riesgo de presentar un contenido de baja calidad que, en lugar de servir a sus intereses profesionales perjudicará su imagen.
Que opte por el doblaje o el subtitulado, confie obligatoriamente este trabajo a un profesional.
El doblaje
El doblaje es sustituir la banda sonora original por una banda sonora traducida al idioma deseado. Esto permite al espectador centrar su atención únicamente en la película sin correr el riesgo de ser distraído por la presencia de subtítulos en la parte inferior de la pantalla. Es una técnica que se desarrolló en la década de los 30 del siglo pasado, con la aparición de las primeras películas sonoras. Es la forma de traducción audiovisual más extendida en algunos países por razones históricas o políticas (bajo ciertas dictaduras, en particular, ya que permitía a los dirigentes de la época de modificar los diálogos con el fin de promover « valores morales más elevadas »).
El doblaje puede resultar la mejor opción en el caso de : personas con discapacidad que hace que su lectura de los subtítulos difícil, con los niños, o las personas mayores. Tomar en cuenta su audiencia objetivo le ayudará a elegir el tipo de traducción audiovisual más apropriado.
Es un proceso que implica la intervención de un gran número de profesionales tal como actores o dobladores, directores de doblaje, ingenieros de sonido etc, que es complejo y costoso. Por otra parte, los traductores son más limitados en sus opciones debido a la imperativa sincronización del movimiento de los labios con el texto traducido. Dicho esto, no hay buena ni mala opcion en cuanto a su forma preferida de traducción audiovisual ya que los principales criterios que deben tomarse en consideración son su presupuesto o el objetivo de su vídeo.
El subtitulado
El subtituladoes una opción mucho más barata que el doblaje, ya que no requiere ni la intervención de un comediante ni la utilización de una cabina de grabación. El subtitulado es incorporar un texto escrito en la pantalla (los subtítulos traducidos al idioma meta), a hacerlo coincidir aproximadamente con el diálogo de los actores, y hacerlo corresponder únicamente a lo que se dice en el vídeo y de manera sintética para facilitar su lectura. Es hoy muy presente, aunque hay muchos intermediarios entre el traductor y la cadena. Los estudios muestran también que los subtítulos resultan beneficiosos para el aprendizaje de lenguas.
En cambio los subtítulos movilizan casi totalmente la atención del espectador, que se centra en el texto en lugar de la película y a veces puede perder algunos elementos importantes, como por ejemplo, los movimientos de los personajes. El subtitulado debe responder a ciertas características técnicas así como a ciertas reglas de lenguaje. Los subtítulos deben en principio aparecer en la parte inferior de la pantalla, en dos líneas como máximo, con un número específico de caracteres por línea, y durante un tiempo determinado. Nuestra velocidad de lectura es diferente, por otra parte, para cada persona. Los subtítulos deben seguir siendo lo suficientemente visibles en la pantalla para permitir su lectura, sino que también deben desaparecer de la manera más natural posible, sin lo cual las palabras y las imágenes pueden solaparse. Idealmente el espectador no debe darse cuenta de que está leyendo. Los subtítulos son a veces adaptados a un público específico (como las personas sordas y deficientes auditivas). Y su empleo es también sujeto al cumplimiento de algunas normas generales de lenguaje, como las letras mayúsculas (para los títulos, por ejemplo, o un texto escrito que aparece en la pantalla…), el uso de la cursiva (para la voz de un personaje que no aparece en pantalla, por ejemplo, o canciones…), el uso de guiones para los diálogos, etc… Están sujetos a dos limitaciones importantes (el espacio ocupado en la pantalla, así como el tiempo), y deben cumplir, en todos los casos, con una serie de códigos y manuales de buenas prácticas.
La traducción de un contenido audiovisual es una tarea compleja, y algunos errores pueden tener consecuencias dramáticas, especialmente en el caso de una subcontratación descontrolada como sucede muchas veces hoy, lamentablemente, en la industria cinematográfica.
De ahí la importancia, como para cualquier otro tipo de traducción, de confiar el trabajo a un profesional.
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